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~*Kuroshitsuji Yaoi*~

Amantes de esta linda pareja!! aqui tienen un regalito =^3^=, recuerden q el fiC NO es mio, me lo paso una amiga y me encanto por eso lo pongo, de cualquier forma investigare de donde lo saco para darle creditos a su autora (Autora del fic, si lees esto, dejanos un mensaje para hacerte publicidad, por q escribes muy lindo *o*), jaja, disfruten~



Notas del fanfic:
Disclaimer: Nada de Kuroshitsuji me pertenece. No me demanden.
Oneshot con un porbre intento de humor.
¡Disfruten! :3
~Nein

El Secreto.

La mansión Phantomhive tiene un secreto, un secreto que no es tan secreto. Todos en la mansión lo saben pero nadie lo habla. Es el secreto de la mansíon…

…Ciel es sonámbulo.


Se levanta por las noches a recorrer la mansión, vestido por su fino pijama blanco y con la cara ida. Recorre los pasillos, dobla las esquinas, baja y sube escaleras con suma confianza.

Meirin lo supo cuando una noche se levantó por un vaso de leche para conciliar el sueño. Había caminado tranquilamente por los pasillos rumbo a la cocina, había sacado un vaso del último juego comprado por el amo Ciel y comenzó a verter dentro la leche. Todo andaba normal hasta que sintió el chirrido de la puerta al abrirse aumentado a causa del silencio de la noche. La leche había saltado lejos derramándose toda en el suelo, y el vaso quedo echo añicos a sus pies. Meirin al voltear encontró a su amo Ciel parado, con la cabeza levemente volteada hacia una repisa la cual miraba como si allí estuviera el secreto mejor guardado del universo.

Meirin se había disculpado, había rogado que no se enojara por la perdida de la leche ni del vaso, pero Ciel se había quedado en la misma posición, mirando fijamente un puto en la repisa.

Y Meirin había concluido que su amo Ciel era sonámbulo.

Al otro día Sebastian había alegado no tener leche para el postre de ese día, y , además, que faltaba una vaso del juego recién comprado.

Por eso Meirin decidió mantener en secreto lo ocurrido la noche pasada.


Bard se enteró cuando se había levantado a mitad de la noche al baño. Había cruzado veloz la habitación que compartía con los empleados varones de la mansión temiendo no llegar. Con las piernas apretadas tratando de menguar las ganas, había recorrido el último pasillo hacia el baño cuando lo vio ahí. De entre las sombras algo se dejaba ver. Una figura delgada vestida de blanco que caminaba con pasos pausados. Bard se haba quedado paralizado observando a lo que creyó ser un fantasma, y cuando el “fantasma” había volteado hacia él y lo había señalado, el cocinero sintió tibio liquido escurriendo por sus piernas.

Al otro día el pasillo amaneció con una extraña mancha en el tapiz. Nadie sabía qué era ni cómo había amanecido ahí, y Bard no dijo nada.

Porque había decidido dejar en secreto lo ocurrido.


Finnian supo del secreto una noche en la que había despertado por una pesadilla en la que todo el mundo se convertía en girasoles azules y lo perseguían. Agitado y todavía temeroso a causa del mal sueño, había tomado rumbo hasta el baño de los empleados varones de la mansión. Se había mojado la cara muchas veces y había bebido un poco de agua. Ya estaba más calmado cuando sintió un ruidito en la tina. Finny había sentido todos sus cabellos levantarse por el miedo, y cuando, dándose valor, había estirado una mano y corrido la cortina que no dejaba ver el interior de la tina, por unos segundos su corazón se paró.

Dentro de ésta estaba Ciel, sentado y mirándolo fijamente.

Finny había salido corriendo, sacando la puerta al abrirla con demasiada fuerza, y con el apuro sólo la puso otra vez en su lugar y siguió su carrera a su cuarto.

Al otro día, esa misma puerta había caído sobre Bard cuando este había entrado a rasurarse, le provoco una gran hematoma en la frente que lo dejó inconciente media hora.

Finnian también encontró más conveniente para él mantener todo en secreto.



Sebastian también lo sabía. Fue el primero en enterarse. Una noche en la que faltaban solo una par de horas para el amanecer el mayordomo se encontraba tendido en su cama pensando qué postre haría ese día cuando escuchó unos pasos por el pasillo que se detuvieron en su puerta, y después escuchó el girar de la perilla. Sebastian ya estaba a la defensiva cuando la puerta se abrió revelando a su amo. Durante un rato Ciel se había quedado en el marco de la puerta, mirándolo fijamente para después subir a la cama del demonio y meterse bajo los cobertores. Un sorprendido Sebastian se había descubierto después abrazado fuertemente entre los brazos del pequeño, quien había apoyado su cabeza en su pecho.

Al día siguiente, media hora antes de que todos se despertaran, Sebastían recorrió la mansión con un dormido Ciel en brazos hasta la habitación de su amo.

Y Sebastian, como todos los demás, tampoco dijo nada.

Porque secretamente Sebastian disfruta cuando su amo Ciel, después de hacer sus travesuras de sonámbulo por la mansión, termina en su habitación, acurrucando su cuerpo contra el suyo, abrazándolo y apoyando la cabeza en su pecho.

Ese era el secreto de Sebastian…

Shhht… Tú tampoco lo digas.




Fin
(¡Hey! ¡¡Te olvidas de Tanaka-San!!)

Ah sí, Tanaka-San también lo sabe, pero esta autora ignora el cómo se enteró. Después de todo Tanaka-San es Tanaka-San.

Fin
(Ahora si)
Notas finales del capítulo:
¡¡Mil gracias por leer!!
~Nein

2 comentarios

  1. Hyuu* // 21 de abril de 2009, 9:14  

    Ohhh amé el fic *O* es demasiado tierno <3

  2. Anónimo // 7 de julio de 2009, 13:05  

    uuuuuuuuuuuuuuuuffffffffffffffffffff ke bellooooooo me encantoooooo que cuchiiiiiiii kiaaaaaaaaaaa te luciste!

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